EUROPA
PRESS
29 junio
2018
Bebidas
energéticas, una bomba para el organismo
Desde que se comercializan en los
supermercados y la publicidad así nos lo ha hecho ver, las bebidas energéticas
pueden representar una alternativa perfecta a la hora de tomar algo con los
amigos. No obstante, hay que tener mucho cuidado. Son todas aquellas pensadas
para retrasar el sueño y representan un peligro para nuestra salud.
"Contienen enormes cantidades de cafeína, que pueden
llegar a superar la que hay en 3 tazas de café, tomándolas en apenas minutos.
Una auténtica bomba para nuestro organismo", según alerta Álvaro Vargas, coach nutricional, en 'A comer se aprende' (Planeta).
A su juicio, a este aspecto habría que sumarle su enorme
cantidad de azúcar, entre 11 y 16 gramos por cada 100 gramos, principalmente
sacarosa y glucosa. Además, dice que contienen taurina, que producida por
nuestro organismo de forma natural no tiene consecuencias, pero diferentes
estudios han demostrado la relación del exceso de taurina sintética con
problemas sobre todo cardiovasculares; "de ahí que en países de Europa se
haya prohibido su utilización".
En concreto, destaca los efectos para el corazón de las
bebidas energéticas. "Un estudio de la Universidad de Bonn (Alemania)
comprobó que el consumo de cafeína y de taurina afecta a la contracción del
corazón y puede derivar en arritmias. No son bebidas para personas con
problemas cardíacos", alerta Vargas.
El coach nutricional advierte
también de que algunas se toman con alcohol, lo que empeora aún más esta
situación. "Se ha puesto de moda consumirlas con alcohol con la falsa
creencia de que éste subirá menos o nos mantendremos más despiertos. Entre
otros efectos de esta mezcla están las arritmias, las palpitaciones, el aumento
de la presión sanguínea, o el nerviosismo, por ejemplo", añade.
Además, avisa de que afectan a la coordinación motora y dan
una sensación de seguridad que es un peligro para aquellas personas que las
toman para poder conducir después de una noche de fiesta.
Por qué no tomar
bebidas isotónicas si no se es deportista
Álvaro Vargas dedica también un apartado de su libro a las
bebidas isotónicas, cuya ingesta se ha convertido en una costumbre habitual,
incluso en aquellas personas que no hacen deporte, pensando en muchas ocasiones
que se trata de una alternativa saludable a un refresco, cuando no es así.
"Estas bebidas isotónicas están preparadas para
recuperar el cuerpo tras grandes esfuerzos físicos. Destinadas a deportistas
tratan de reponer los azúcares y los minerales que se han perdido por la
sudoración tras alguna práctica deportiva", añade el especialista en
nutrición.
En este sentido, Vargas tampoco cree que está
de más recordar que existen alternativas 100% naturales para que los
deportistas recuperen los nutrientes perdidos sin ingerir un exceso de azúcar.
"Una de las soluciones más nutritivas tras hacer deporte es el plátano,
pero también podemos tomar otras frutas como el melón, los dátiles, la naranja
o la Sandía, así como los frutos secos e hidratarse con agua con el zumo de
medio limón", añade.
A su vez, argumenta que tomar bebidas de este tipo aportará
una gran cantidad de azúcares simples que si no los quemamos haciendo ejercicio
es muy probable que el cuerpo los acumule como grasas, además de aumentar
nuestro riesgo de diabetes, hígado graso y otras dolencias.
"Si tomamos una bebida isotónica porque pensamos que es
más saludable que el resto de los refrescos o que nos ayudará a adelgazar
estamos totalmente equivocados. Una lata de la marca más conocida contiene más
de 19 gramos de azúcares simples", advierte.
Finalmente, sostiene que otro problema viene del exceso de
minerales de estas bebidas, ya que tras hacer ejercicio físico intenso se puede
necesitar recuperar los perdidos, pero sólo en ese caso. "Si llevamos una
dieta equilibrada, ya estamos tomando los minerales que necesitamos en nuestra
alimentación. Los minerales en exceso pueden provocar problemas en los riñones
y en el hígado, que tienen que expulsar los sobrantes, y generan una
sobrecarga", sentencia el coach nutricional.